Las iglesias ortodoxas, en tanto edificios que acogen las ceremonias y servicios religiosos de la Iglesia ortodoxa, tienen un estilo claro y reconocible entre la familia de estilos de las arquitecturas eclesiales.[1] Cada una de las Iglesias ortodoxas autocéfalas ha desarrollado sus propias tradiciones constructivas y estilos arquitectónicos religiosos, aunque al estar comúnmente influidas por el legado del Imperio Romano de Oriente y de la arquitectura bizantina, todas comparten un conjunto de similitudes fundamentales que las distinguen y de las que se ocupa este artículo.[2][3]